Libros de refranes y proverbios

Un tipo de obras que tuvo mucha popularidad a partir de mediados del siglo XVI fueron las recopilaciones de refranes, sentencias y proverbios, y las llamadas “florestas” o “silvas”, en las que se recogían curiosidades de todo tipo de asuntos.

Tanto su temática como sus fuentes son muy variadas, pero todas ellas tenían una finalidad didáctica por estar repletas de enseñanzas.

El mismo Don Quijote, en una de sus conversaciones con Sancho Panza, afirmaba “que no hay refrán que no sea verdadero, porque todos son sentencias sacadas de la mesma experiencia, madre de las ciencias todas”.

Estas obras nos dan pistas sobre cómo pensaban nuestros antepasados y cuáles eran los temas en los que más se interesaban.

En ellas podemos comprobar cómo estos conocimientos los seguimos utilizando hoy en día.

«Las quatrocientas respuestas a otras tantas preguntas que el Illustrissimo señor Fadrique Enrríquez, Almirante de Castilla, y otras personas…» de Fray Luis de Escobar. Zaragoza, Jorge Coci, a 26 de septiembre de 1545, y Valladolid, Fernando Fdez., de Córdoba, 1552. Portadas a dos tintas, textos en letra gótica.

Célebre y popular obra, publicada por primera vez en julio de 1545 y de la que salieron tres impresiones más en muy poco tiempo sin el permiso del autor. Está estructurada en forma de pregunta y respuesta, y toca temas muy variados: religiosos, cuestiones teologales y morales, asuntos sobre la Naturaleza y lo que él denomina «enigmas».

La obra se completa con una serie de proverbios de claro fin didáctico. Las Quatrocientas respuestas reflejan, a un tiempo, las experiencias y opiniones personales del autor, y las creencias populares de su época.


«Prouerbios de Seneca. Introduction a los Prouerbios y sentencias del famoso philosopho… por el doctor Pero Diaz de Toledo…» de Lucio Anneo Séneca.

Medina del Campo, Adrian Ghemart, 1555 (pero colofón: Medina del Campo, Guillermo de Millis, 1552). Portada a dos tintas, textos en letra gótica. Ejemplar de Salvá.

Las mejores traducciones de la obra de Séneca se deben a Pero Díaz de Toledo, capellán del marqués de Santillana. Por encargo de Juan II, tradujo la colección alfabética de proverbios y sentencias atribuidos al filósofo romano, un conjunto de 365 proverbios morales y sapienciales glosados por Díaz de Toledo, que fueron repetidamente reimpresos a lo largo del siglo XVI.


 “La silva curiosa de Iulian de Medrano… Corregida en esta nueva edicion, y reduzida a mejor lectura por Cesar Oudin” de Julián de Medrano. París, Marc Orry, 1608. 2ª edición. Impresa por primera vez en París en 1583, recoge una variada selección de refranes y agudezas, cuentos cortos, fragmentos de poesía pastoril y poemas sueltos, la mayoría tomados de otros autores y en diversos idiomas.

Como otras obras similares, se puede decir que fue un éxito editorial, que interesó incluso fuera de nuestras fronteras como herramienta para aprender español.


“Proverbios morales de Heraclito. De Alonso de Varros, concordados por… Bartolome Ximenez Paton…” de Alonso de Barros. Lisboa, Pedro Craesbeeck, 1617. Textos en latín y castellano, con una tabla de los autores citados. 2ª edición de esta colección de 1.100 sentencias filosófico-morales en verso tomadas de los clásicos griegos y latinos.

La obra tuvo un gran éxito en los ambientes literarios y cortesanos y fue alabada por autores como Cervantes, Lope de Vega y Mateo Alemán.


“Refranes o Proverbios en romance que coligio y glossò el Comendador Hernan Nuñez y la Filosofia vulgar de Iuan de Mal Lara en mil refranes glossados, que son todos los que hasta aora en castellano andan impressos. Van iuntamente las Quatro cartas de Blasco de Garay, hechas en refranes, para enseñar el uso dellos”, de Hernán Nuñez de Toledo, Juan de Mal Lara y Blasco de Garay.  

Lérida, a costa de Luis Manescal, 1621. Reimpresión que sigue, casi al pie de la letra, la impresa por Juan de la Cuesta en 1619, pero sin las tablas que llevaba la obra de Mal Lara.

La importancia del refranero de Hernán Núñez se basa en varias circunstancias: el elevado número de sentencias que contiene (cerca de siete mil), su variedad tipológica y temática, sus glosas, y por el hecho de que muchos de estos refranes aparecen documentados en él por primera vez.

También hay que reseñar la gran influencia que ejerció en recopilaciones posteriores, como, por ejemplo, la “Filosofía vulgar” de Mal Lara, impresa en Sevilla en 1568, y que sigue el trabajo dejado sin terminar por Núñez.

Esta obra está formada por sentencias tomadas del refranero popular explicadas según las entiende el pueblo, esto es, de la Filosofía Vulgar.

Por otra parte, las cartas de Blasco de Garay son, en realidad, una colección de refranes reunidos en forma de epistolario entre dos corresponsales, reunidos para deleite y amonestación del lector.

Share on facebook
Compartir en Facebook
Share on twitter
Compartir en Twitter
Share on linkedin
Compartir en Linkedin
Share on whatsapp
Compartir en WhatsApp