El “redescubrimiento” de los clásicos griegos y latinos en España

En el siglo XV, los intelectuales europeos “redescubren” las obras de los escritores clásicos griegos y latinos, ocupándose de volver a las fuentes y realizar traducciones más acordes con los textos originales, despojándolas así de todos los añadidos y errores que habían ido acumulando a lo largo de los siglos.

Aunque estas traducciones abarcaban casi todos los campos del saber, las obras más traducidas en España fueron las de temática histórica, las filosóficas y las literarias que son, precisamente, las que más influirían en nuestros escritores de los siglos XVI y XVII.  

“Los cinco libros de Seneca en Romance. Primero Libro de la vida bienauenturada. Segundo de las siete artes liberales. Tercero de los preceptos e doctrinas. Quarto de la prouidencia de dios. Quinto de la mesma prouidecia de dios. Agora nueuamente impresso corregido y emendado…” de Lucio Anneo Séneca.

Colofón: Alcalá de Henares, Miguel de Eguía, 28 de enero de 1530.

Tercera edición de esta obra, que sigue la de Toledo de 1510 basada en la traducción que Alonso de Cartagena hizo de la impresión incunable en latín realizada en Sevilla de 1491. Esta esta edición incluye, además de varias obras filosóficas de carácter moral, su tratado sobre las Artes Liberales, base del Trivium y del Quadrivium, el sistema educativo seguido en las universidades europeas desde la Edad Media y que comprendía estudios de Gramática, Dialéctica, Retórica, Aritmética, Geometría, Astronomía y Música.


Apopthegmas del… Philosopho y Orador Plutarcho… que son los dichos notables, biuos, y breues delos Emperadores, Reyes, Capitanes… y Varones Illustres: assi Griegos, como Romanos, Persas y Lacedemonios, traduzidos de lengua Griega en Castellana por Diego Gracian…” de Plutarco.

Colofón: Alcalá de Henares, Miguel de Eguía, 30 de junio de 1533.

Temprana traducción de los Apotegmas de Plutarco, una colección de dichos y sentencias breves atribuidas a diferentes personajes de la antigüedad que se caracterizan por su contenido edificante, y que debían servir como guía de conducta para el hombre virtuoso. También fueron utilizados en la enseñanza del latín, pues su extensión de cuatro o cinco líneas permitía a los alumnos proceder al análisis gramatical y léxico de manera sencilla.


 “Libros de Marco Tvlio Ciceron, en qve se tracta De los Officios, De la Amicitia y De la Senectud. Con la Economica de Xenophon. Todo nueuamente traduzido de Latin… Los Paradoxos que son cosas admirables. Sueño de Scipion” de Marco Tulio Cicerón.

Alcalá de Henares, Juan de Brocar, 28 de noviembre de 1549.

La traducción de los libros De officis, De senectute y De amicitia, así como la de la Oeconomica de Jenofonte se atribuyó a Francisco de Támara desde la edición de Amberes de Juan Steelsio de 1550, mientras que la del Sueño de Escipión y de los Paradoxas empezó a atribuirse a Juan de Jarava a partir de la impresión de Amberes de 1549.


 “Libro de los comentarios de Gayo Iulio Cesar delas guerras dela Gallia, Africa y España tambien dela ciuil. Traduzido en Español, nueuamente…emendado…” de Cayo Julio César.

[París, Arnold Birckmann, 1549].

Tercera edición de la traducción al castellano de las obras de Julio César, realizada por Diego López de Toledo e impresa por primera vez en Toledo en 1498. Dividida en dos partes, la primera está dedicada a la Guerra de las Galias, mientras que en la segunda parte se incluyen los comentarios a la Guerra Civil, a la Guerra de Alejandría, a la Guerra de África y a la Guerra de Hispania.


“Las obras de Xenophon, trasladadas de griego en catellano por el Secretario Diego Gracián” de Jenofonte.

Salamanca, Juan de Junta, 1552.

Primera edición en castellano de las obras de Jenofonte que contiene, entre otras, las historias de Ciro el Mayor y Ciro el Menor; el Oficio y cargo del Capitán General de los de caballos y de lo que se requiere en el buen caudillo, el Arte militar de la caballería, de los caballos y de las partes que ha de tener el buen caballero para la guerra y De los loores y proezas de Argesilao, rey de los lacedemonios. Menéndez Pidal elogió la traducción que hizo Diego Gracián por su estilo claro y sencillo.


 “Tacito español. Ilustrado con Aforismos, por Don Baltasar Alamos de Barrientos…” de Cayo Cornelio Tácito.

Madrid, Luis Sánchez, 1614.

Esta edición está considerada como la primera y más completa traducción de las obras de Tácito hasta esas fechas, pues incluye todas sus obras, a las que Álamos añadió un “Discurso para la inteligencia de los Aforismos, uso y provecho dellos” y la “Vida, oficios y escritos de Cayo Cornelio Tácito, como lo escribe Justo Lipsio”. Esta edición gozó de gran aceptación en su época y es un ejemplo de “tacitismo político”, una corriente de pensamiento político que floreció en la España del siglo XVII basada en las obras de Tácito en vez de en las de Tito Livio, como hacían los  maquiavelistas.

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