Este año se celebra el Quinto centenario del nacimiento de Luís Vaz de Camões (Lisboa, c. 1524-1580), considerado como el mayor poeta en lengua portuguesa, aunque también escribió algunos sonetos en castellano. No hay que olvidar que, en el tiempo que vivió, Portugal y España compartían unos los lazos culturales muy estrechos.
No se tienen muchas noticias sobre sus primeros años, pero es seguro que perteneció a una familia de la alta burguesía, pues recibió una sólida educación clásica. Comenzó su carrera como poeta lírico en la corte de Juan III, donde llevó una vida bohemia y turbulenta. A causa de unos amores frustrados, en 1546 se tuvo que alistar para luchar en el norte de África, donde perdió un ojo. Volvió a Portugal pero, a causa de nuevos percances con la ley, en 1553 tuvo que alistarse como “hombre de guerra” para combatir en la India. Allí estuvo al servicio de varios Gobernadores y se piensa que es en este tiempo cuando empezó a escribir sus “Os Lusíadas”. En 1567 y tras muchas penalidades, embarcó hacia Mozambique, donde permaneció hasta que, tres años más tarde, volvió a Portugal. Finalmente pudo terminar de redactar la obra y publicarla en 1572, gracias al apoyo del rey Sebastián I, quien también le concedió una pequeña pensión con la que vivió modestamente hasta su muerte en 1580.
Os Lusíadas
“Os Lusíadas” es un poema épico que está considerado como la obra más importante de la literatura portuguesa de todos los tiempos. Camões se inspiró en “La Eneida” de Virgilio y en el “Orlando furioso” del italiano Ariosto pero, a diferencia de éstas, su protagonista no es un héroe particular, sino todo el pueblo portugués, lo que le da un marcado carácter nacionalista. En esos momentos, Portugal ya había desarrollado un imperio colonial en África, Asia y América y sus conquistadores habían ampliado las fronteras conocidas del mundo abriendo nuevas rutas de comercio y exploración.
El poema se divide en diez cantos en los que se relata el viaje de Vasco da Gama y sus hombres a Oriente por encargo del rey Manuel I “El Afortunado”. Aunque Camões recurrió a la obra de cronistas e historiadores portugueses para dar mayor verosimilitud al relato, también empleó elementos fabulosos y mitológicos, apareciendo figuras como Venus, las Nereidas, una ninfa que profetiza el futuro de las Indias Orientales o Júpiter comparando las hazañas de los navegantes portugueses con las de Ulises y Eneas. Por otra parte, el título del poema enlaza con la leyenda que cuenta que los portugueses descienden de Luso, hijo del dios Baco, conquisatador del territorio que después sería la Lusitania, es decir, Portugal.
En España, Camões y sus obras disfrutaron siempre la admiración y las alabanzas de nuestros mejores escritores, como Góngora, Lope de Vega y Cervantes, quien las elogió en “La Galatea” y en el capítulo LVIII de la Segunda parte del Quijote, que relata el episodio de sucedido en la nueva y pastoril Arcadia, cuando las zagalas le dijeron a Don Quijote que traían estudiadas dos églogas, una del famoso poeta Garcilaso y otra del excelentísimo Camoes, en su propia lengua portuguesa.
También se sabe que Felipe II fue un gran admirador de Camões y que, cuando entró en Lisboa en 1580 para ser proclamado rey, quiso verle y mandó que se lo truxesen, y se mostró pesaroso de oír que pocos meses antes era fallecido. Por entonces, “Os Lusíadas” había sido traducida dos veces al castellano.