El «Quijote» en las ediciones ilustradas modernas (I)

El 23 de abril se celebra el Día Internacional del Libro y, como es tradicional, vamos a hablar de nuestro libro más universal, el «Quijote» pero, esta vez, fijándonos en cómo lo han visto los artistas a partir de finales del siglo XIX. Pero antes, vamos a hacer un poco de historia.

La primera edición del «Quijote» en incluir grabados fue la que se imprimió en holandés en la ciudad de Dordrecht en 1657, con 24 láminas realizadas por Jacob Savery (o Savry). Cinco años más tarde apareció en Bruselas el primer Quijote ilustrado en español, que incluía 16 láminas que copiaban los grabados de la edición holandesa. Y en 1674 vio la luz el primer «Quijote» ilustrado en español impreso en España, realizado en el taller madrileño de Andrés García de la Iglesia, con unas ilustraciones de Diego de Obregón que se inspiraban en las de la edición bruselense.

A partir de entonces abundaron las ediciones ilustradas bien con grabados, bien con xilografías. En el siglo XVIII destaca, sobre todas, el famoso «Quijote de Tonson», impreso en Londres en 1738 en edición de lujo, que iba ilustrado con unos extraordinarios grabados realizados por Vander Grucht según dibujos de Vanderbank, Vertue, Baron y Claude del Bosc. También tenemos que reseñar la edición en español impresa en La Haya en 1744, con 24 grabados inspirados en los famosísimos y muy copiados dibujos que Charles-Antoine Coypel había realizado para una serie de tapices para el palacio de Versalles. Y, por supuesto, tenemos que reseñar por su gran belleza y calidad la edición que Joaquín Ibarra imprimió en 1780 por encargo de la Real Academia Española, con grabados realizados por los mejores artistas españoles del momento, que incluía también el primer mapa de la ruta de Don Quijote. Ya en el siglo XIX destaca la magnífica edición ilustrada por Gustave Doré, impresa en París en 1863, cuyos grabados se basaban en los apuntes que él mismo tomó durante un viaje que realizó por La Mancha. Es, quizás, la edición más influyente a nivel mundial, pues sus grabados se han convertido en prototipo tanto de las figuras de Don Quijote o Sancho como de los pasajes más conocidos de la obra.

En cada época, las ilustraciones reflejaban los gustos del momento: en el siglo XVII se preferían los pasajes cómicos o jocosos, con escenas y personajes que más parecen de los Países Bajos que españoles; hasta mediados del siglo XVIII, en cambio, las escenas se vuelven más elegantes y refinadas, mientras que, con el triunfo del Romanticismo, las ilustraciones se contagian del costumbrismo propio de esta corriente. Y también en este siglo es cuando se imprimen las primeras ediciones con las ilustraciones en color.

Sólo a partir de finales del siglo XIX los artistas se sentirán más libres a la hora de intentar captar toda la esencia del Quijote, alejándose de los modelos predominantes hasta entonces. Además, los avances técnicos propiciaron que empezaran a utilizarse nuevos medios en la estampación de imágenes, como el heliograbado, para dar mayor fuerza y calidad a las imágenes. De esta época hemos escogido unos ejemplos que están incluidos en nuestro catálogo Arte y Bibliofilia. Libros de Artista.


«L’ingenieux hidalgo Don Quichotte de la Manche. Illustré par Daniel Vierge», de Miguel de Cervantes y Daniel Vierge.

Publicado en París en 1909 cuenta con un retrato del artista y 159 grabados, 102 de ellos a toda plana.

Uno de los grandes sueños del artista madrileño Daniel Urrabieta Vierge, también conocido como Daniel Vierge, fue el de ilustrar el Quijote. Aunque instalado en París, en 1896 regresó a España para recorrer los paisajes manchegos mencionados en la obra y captar mejor el ambiente en el que se movieron sus personajes. Vierge reunió más de 250 dibujos y apuntes de gran calidad y belleza, llegando a conseguir una armonía entre ilustración y texto escrito rara vez igualada.[ Sin embargo, no llegó a ver impreso “su” Quijote, pues su primera edición se imprimió en Londres en inglés en 1906, dos años después de su muerte, mientras que la edición en español no se imprimiría hasta 1926 en Barcelona.


«El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha…» de Miguel de Cervantes y Ricardo Marín

Madrid, 1916-1917. 4 vols. Con un total de 199 heliograbados realizados por Sánchez Gerona según dibujos originales de Ricardo Marín.

En 1916, con motivo del Tercer centenario de la muerte de Cervantes, el Estado patrocinó una nueva edición del Quijote que estaría a cargo del gran cervantista Francisco Rodríguez Marín. Ricardo Marín fue el encargado de realizar las cerca de 200 magníficas ilustraciones que incluye, impresas en heliograbado, la gran novedad técnica de la época y con la que se podían conseguir imágenes de una altísima calidad.


«El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha. Aguafuertes de Teodoro Miciano» de Miguel de Cervantes y Teodoro Miciano.

Publicado en Barcelona entre 1952-1957, cuenta con 4 volúmens y 450 aguafuertes.

El “Quijote de Miciano”, como se le conoce tradicionalmente, está considerado como una de las mejores ediciones ilustradas del siglo XX. Por entonces, Miciano ya tenía una brillante trayectoria como ilustrador gráfico y diseñador de carteles publicitarios, pero su reconocimiento lo consiguió, sobre todo, tras la realización de las ilustraciones que hizo para esta edición del Quijote, un trabajo que le llevó varios años y al que dedicó, prácticamente, todo su tiempo.

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